Hoy, sin buscarlo, vuelvo a recuperar las mismas sensaciones cuando ordeno los recuerdos de una vida que no viví aquí y sin embargo están aquí y ahora. Son varios años atrás acumulados y mezclados en un bolso que no llegué a estrenar, un bolígrafo que ya no tiene tinta, otro que no me pertenece pero siento que es mío, otro reciclado, otro con el que decido escribir y otro que me recuerda que tengo que pintar y sin pensarlo me guía en estos garabatos...
martes, 7 de septiembre de 2010
No volveré a ser joven
Anoche me tropecé con las palabras de Gil de Biedma que me retumbaron durante un buen rato en mi cabeza y con ellas las imágenes de todos aquellos que están pasando su juventud en silencio. Me acordé de Melilla, del color de los rostros que conocí allí y que no podré reproducir porque el dolor no tiene color.
Hoy, sin buscarlo, vuelvo a recuperar las mismas sensaciones cuando ordeno los recuerdos de una vida que no viví aquí y sin embargo están aquí y ahora. Son varios años atrás acumulados y mezclados en un bolso que no llegué a estrenar, un bolígrafo que ya no tiene tinta, otro que no me pertenece pero siento que es mío, otro reciclado, otro con el que decido escribir y otro que me recuerda que tengo que pintar y sin pensarlo me guía en estos garabatos...
Hoy, sin buscarlo, vuelvo a recuperar las mismas sensaciones cuando ordeno los recuerdos de una vida que no viví aquí y sin embargo están aquí y ahora. Son varios años atrás acumulados y mezclados en un bolso que no llegué a estrenar, un bolígrafo que ya no tiene tinta, otro que no me pertenece pero siento que es mío, otro reciclado, otro con el que decido escribir y otro que me recuerda que tengo que pintar y sin pensarlo me guía en estos garabatos...
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